miércoles, 8 de julio de 2015

Atardecer en Jaisalmer, la ciudad de oro

Tras descansar en el hotel, salimos a dar una vuelta. Mirando hacia arriba vemos  el Fuerte de Jaisalmer. Es una vista impresionante, un castillo de arena enorme se alza sobre las llanuras de arena como un espejismo de una época pasada. No hay lugar mejor para evocar las exóticas rutas comerciales a camello y el misterio del desierto. Noventa y nueve bastiones rodean las casas aún habitadas de la fortaleza.  También se le llama "Sonar Qila," por la piedra de color amarillo con que fue construido.
Nos acercamos hasta Gadsisar Lake. Este lago fue excavado en 1367 por Rawal Gadsi Singh. Es un lago de agua de lluvia, que abastece de agua a la ciudad desde 1400. Está rodeado de pequeños templos y santuarios de Amar Sagar. Se ofrecen paseos en barco. La hermosa puerta de enlace que se arquea a través del camino hasta el lago fue construida en el siglo XIX en honor de la cortesana real llamada Tillon. 


Desde allí fuimos a los Cenotafios de Bada Bagh, a unos 6 Km. alrededor de Jaisalmer y desde donde había unas magníficas vistas  de la fortaleza. Este era el lugar donde se incineraba y simbólicamente se enterraba a los antiguos Maharajás de Jaisalmer. Puntualizo el "simbólicamente" porque su costumbre religiosa era arrojar los restos al Ganges y los cenotafios son sólo los monumentos erigidos en honor de estos reyes de India. La belleza de sus esculturas, así como su antigüedad (algunas datan del siglo XVI) las convierten en auténticas obras de arte de un valor histórico incuestionable. 
Nos llevaron para ver la colorida puesta del sol. Entrada: 150 RUP.
 
 
Para terminar la tarde, subimos a la Fortaleza. Nos tomamos un lasi (en un sitio recomendado en la guía) y caminamos por la zona menos turística hasta llegar a Mandir Palace. Después nos fuimos a cenar al hotel.

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