martes, 6 de julio de 2010

Sarría – Portomarín. Etapa 1

Nuestra 1ª jornada empieza en Sarria. Nos encontramos cerca de los míticos y últimos 100 km, la distancia mínima que hay que recorrer a pie para ganar la Compostela. La etapa ofrece incontables aldeas de los Concellos de Sarria, Paradela y Portomarín, buenos ejemplos del románico, pistas vecinales asfaltadas, sendas y corredores rurales, puentes medievales y pasarelas rústicas.
 
BARBADELO. Santiago de Barbadelo está situada entre frondosos bosques. Su iglesia es un bello ejemplo de estilo románico gallego. Tiene una torre de planta cuadrada y una portada llena de símbolos e iconografía medieval. De este delicado pórtico destaca la figura humana con los brazos en cruz del tímpano y el juego de pájaros, animales y hombres de los capiteles del doble par de columnas. El caserío adjunto se llama Mosteiro, por una antigua institución anexionada a Samos.
FERREIROS. humilde localidad donde los herreros claveteaban el calzado de los peregrinos y herraban sus cabalgaduras. La iglesia de Santa María de Ferreiros, que se bajó hacia 1790 piedra a piedra hasta la inmediata Mirallos, es un templo modesto pero con una interesante portada románica, que descansa sobre dos mochetes con cabeza de León. Además ofrece una espadaña barroca en la parte superior de su fachada.
PORTOMARÍN. Capital del Concello, se encuentra sobre la margen derecha del río Miño.
Fue un importante lugar de paso en la Edad Media con un gran puente y con hospital. La ciudad antigua, formada por dos barrios, San Nicolás y San Pedro, está sumergida en el embalse de Belesar. El pueblo se reconstruyó de nuevo en 1960 en una ladera segura. Se accede a la población por la escalinata asentada sobre los arcos del viejo puente medieval, donde también se colocó la capilla de la Virgen de las Nieves. La grandiosa iglesia-fortaleza de San Nicolás, erigida por los monjes-caballeros de la orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII, se desmontó piedra a piedra para ser reedificada en la plaza del nuevo asentamiento. Consta de una nave con cinco tramos cubiertos de bóveda de crucería y de cañón apuntado. Las torres presentan remate almenado. Por su monumentalidad, riqueza de elementos y suntuosidad escultórica, constituye uno de los ejemplos más interesantes del románico lucense. La fachada románica de la iglesia de San Pedro, que también se trasladó a un extremo del pueblo (junto al Pazo de Berbetoros del XVII) es de bella factura. El pazo del Conde da Maza, del XVI y el pazo dos Pimentales también se subieron a la ubicación actual.

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