domingo, 5 de julio de 2015

Ruta desde Delhi a Mandawa (265 Km.)


En nuestra primera ruta tardaremos unas 5 horas. En India hay que conducir con prudencia porque hay muchas vacas circulando por la carretera y muchos vehículos que te vienen de frente por el carril contrario. Es de infarto!!

Nuestra primera parada es a la salida de Nueva Delhi, en el Templo Hindú Mangal Mahadeva (más del 80% de la población son hinduistas). En una zona ajardinada y limpia con grandes estátuas de sus dioses, (los principales son Brahma (creador), Visnú (conservador) y Shiva (destructor)). A la izquierda están las estátuas de Ram y Sita, en plata y bronce. A la derecha están las estátuas de Radha y Krishna. Detrás hay unas escaleras que suben hasta la estatua principal de Shiva. Rodeándola estan las estátuas de Nandi (el toro), su esposa Parvati, su hijo mayor Kartikeya, su hijo más joven Ganesha y un ratón.
Entramos y observamos la "puja", el culto hindú. Al llegar al lingam de Shiva (lleno de abejas), nos descalzamos y empieza el ritual de las ofrendas a la divinidad: se hacen ofrendas de agua, de fuego, de luz, de flores, de frutos, de incienso; incluso de comida, que después se reparte a todos, (en la entrada de todos los templos hay muchos vendedores que nos ofrecen gran variedad de ofrendas). Tambien encienden velas y y unen sus palmas e inclinan sus cabezas mientras rezan sus oraciones en este rincón de paz.

La siguiente parada fue en un Campamento nómada Rewari. En la India, su origen se remonta desde Jaisalmer. Estos concretamente provienen de Udaipur. Los Rewaris tienen un rico pasado cultural y son conocidos por su tradición textil (bordados). 

Las mujeres rewari se reconocen por sus largas bufandas negras que llegan al suelo. Se tatúan símbolos mágicos en el cuello, el pecho y los brazos. Llevan pequeñas narigueras de oro, aretes pesados de bronce y cadenas de plata y oro alrededor del cuello donde se cuelgan los amuletos de protección. Algunas pulseras sencillas de vidrio adornan sus brazos. Los hombres Rewari visten de blanco, llevan aretes de oro y un gran palo en la mano. Ellos llevan el dhoti y encima un abrigo corto blanco,  cruzado y atado en el cuello. La cabeza cubierta con un "Paghadi" (turbante). Viven con ganado y además de vender su leche y fabricar productos lácteos, se alimentan con ellos. 



Mas adelante, en una pequeña aldea, nos paramos y recorrimos sus calles y animado mercado.
  Aquí nos encontramos de lleno con la miseria que asola India. Decenas de vacas campando por las calles de tierra. Calles llenas de basura, charcos y cacas de vaca, ¡un despiste puede ser terrible!.

Pero también calles rebosantes de vida, puestos ambulantes con infinidad de frutas y verduras dispuestas en perfectas cascadas y con un colorido extraordinario. Calles llenas de un ensordecedor ir y venir de vehículos desvencijados y cargados con mercancias de enormes volúmenes. Calles llenas de mujeres ataviadas con preciosos saris de alegres colores y hombres vagando o sentados en posiciones imposibles, demostrando su envidiable flexibilidad.

Sin duda, India es un país diferente y asombroso, lleno de curiosidades. Un país para mirar y saborear detenidamente. Compramos agua y plátanos. Estuvimos en un lugar donde fabricaban dulces típicos y después los probamos.

Por la tarde llegamos a nuestro magnífico hotel en Mandawa: HOTEL CASTLE RESORT MANDAWA

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