sábado, 29 de julio de 2006

San Cristóbal de las Casas, el pueblo mágico

San Cristóbal de las Casas, es una de las ciudades más bella, original y cosmopolita de México, considerada la capital cultural de Chiapas. Debe su nombre al benefactor de los indígenas Fray Bartolomé de las Casas. 
Su actual centro histórico conserva una evocadora imagen colonial. Sus calles están flanqueadas por casas con tejados de teja roja y patios llenos de flores, balcones esquinados, fachadas barrocas, construcciones de estilo neoclásico y mudéjar, artesanía colorida, cocina exquisita y antiguas leyendas.
Alrededor de su plaza se encuentran la catedral de fachada barroca al estilo centroamericano, el neoclásico palacio municipal, los portales, la iglesia de San Nicolás, con el estilo que más identifica a la arquitectura religiosa colonial de Chiapas y la casa de la Sirena, con fachada de inspiración plateresca del siglo XVI. Especialmente interesante es el conjunto formado por el convento dominico y el templo de La Caridad que destaca por su suntuoso retablo barroco, unidos con la Catedral y la Plaza 31 de marzo, principal eje monumental de la ciudad.
 Entramos en el exconvento de la Merced visitando el Museo del Ámbar de Chiapas. En la plaza había muchos bailarines ensayando danzas mexicanas.
 


 
La iglesia de Santo Domingo es obra cumbre del barroco centroamericano y mexicano, tanto por su fachada de argamasa como por el conjunto de retablos y púlpito dorados de su interior. 
Nos alojamos en el hotel Mansión del Valle
Por la noche salimos a cenar. Había mucho ambiente en la plaza de la Catedral y en la del Ayuntamiento. Cientos de mujeres vendían toda clase de mercancías. Sus vestidos de vivos colores, los huipiles, son su verdadera tarjeta de identidad. Paseamos por sus adoquinadas y apacibles calles, con cuantiosas casonas de estilo neoclásico inspiradas en el renacentista tratado de Vignola. Muchas puertas lucen lámparas de papel rojo que indica la venta de deliciosos tamales.


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