domingo, 30 de julio de 2006

La magia de San Juan Chamula

Despertamos en San Cristobal de las Casas. A tan solo 6 Km. de distancia, fuimos a visitar la población indígena de San Juan Chamula.
 
En la iglesia, para cuyo acceso hay que pagar y no te permiten hacer fotografías, se aprecian sus creencias pagano-religiosas: No tiene bancos y por el suelo hay esparcidas hojas de pino y cientos de velas delante de las cuales se arrodillan para celebrar sus ritos: pasan huevos por la cabeza para purificarlos, sacrifican gallinas, se practican curaciones y rezos en su lengua, mientras beben alcohol de las botellitas que llevan. En los laterales y metidos en urnas están los santos, algunos decapitados por sus devotos al no haber cumplido sus peticiones, y otros con un espejo colgando del cuello que les sirve para confesarse a falta de sacerdote. En una esquina decenas de niños vestidos de blanco esperando para ser bautizados. 
       




En la plaza paseamos por su mercado, abarrotado de puestos de comida y productos artesanales (son hábiles artesanos textiles, buenos bordadores, y además confeccionan artículos de palma). Todos van vestidos con trajes tradicionales, correspondiendo al barrio en el que viven. Solo les permiten casarse entre miembros de la misma comunidad, para evitar ser expulsados del pueblo, lo cual les crea problemas de consanguinidad. 
Sus jefes presiden desde un lateral de la plaza
(ellos creen que les roban el alma si los fotografías). 
Entre sus tradiciones destaca la celebración en febrero del Carnaval, donde se visten con máscaras, realizan carreras con estandartes, se bañan desnudos en la poza donde se alzan las tres cruces y caminan descalzos sobre brasas encendidas para purificar su alma. 
Cementerio al aire libre a la entrada del pueblo.

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