Empezamos nuestra ruta dirección al Parque Nacional de Brecon Beacons.
Nuestro primer paseo fue por la playa de Solva.
Seguimos hasta Haverfordwest y Carmarthen, cuidad natal de Merlín. En el Fuerte
de la Edad de
Hierro dicen que descansa Merlín. Son importantes sus mercadillos rurales y su Castillo
Normando.
Continuamos hacía Llandovery, dimos una vuelta por el pueblo,
compramos pan y el periodico y en una tienda charla con la dependienta y compra
de unos imanes.
Llegamos a Brecon e hicimos fotos desde el Christ Collage
Brecon, desde el río se divisaba un resto de muralla del castillo. Visitamos su
Catedral, es curioso lo difícil que resulta encontrar la puerta de entrada en
las catedrales galesas, en su interior muchos bordados adornaban las paredes,
para salir habia que accionar una gran argolla a modo de llave. Después
paseamos por las calles del centro. Desde este pueblo se puede subir a la
montaña en tren.
Nos adentramos en el Parque Nacional de
Brecon Beacons que con tan sólo 24 km de Norte a Sur y 72 km de Este a Oeste, Brecon
Beacons contiene cuatro sistemas montañosos y una gran variedad de terrenos:
laderas privadas donde pastan centenares de ovejas, valles mineros y lomas
escarpadas. Almorzamos observándolas.
Seguimos camino al norte
hasta nuestro alojamiento en Hay-on-Wye. Es una casa de estilo georgiano de 3 plantas y mas de 100 años,
en la planta baja colgaban las antiguas campanillas para llamar al servicio y
en la puerta de la calle venta de remolacha. Tras instalarnos fuimos a visitar
el pueblo por sus veredas inclinadas, ruinas románicas y jacobeas, y a través del
conjunto más importante del mundo de librerías de segunda mano (cuenta con más
de una treintena de librerías, algunas especializadas en temas muy crípticos,
otras versadas en subastas y en la búsqueda de libros descatalogados). Lo mas
curioso el sistema de venta de libros, al pie del castillo, bajo el nombre de
Honesty Book, cientos de libros apilados en estanterías al aire libre, libros
de 2ª mano por el módico precio la unidad de 0,50 libras si era de
pasta dura o 0,30 si no lo era, que depositabas en una caja que nadie
controlaba. Muchas tiendas de anticuarios y artesanias. Paseamos por sus
calles, vimos el paisaje de los campos que la rodeaban, desde el río y cenamos
patatas fritas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario