Pasarelas entre dunas vírgenes, emergidas del Atlántico frente a las Marismas de Sancti Petri, en San Fernando.
Indudable valor paisajístico del entorno, playas y marismas dominadas por caños,
islotes y el estuario del Guadalete.
La vida se concentra equilibradamente en esta confluencia de río, mar y
tierra. En los caños convive un gran número de peces, moluscos y
cangrejos, que se siguen pescando tradicionalmente. El lugar es idóneo
para las aves, que se alimentan o descansan en sus migraciones,
encontrando limícolas como correlimos o cigüeñuelas y marinas como
gaviotas. Estas aves son visibles en paseos en barca por el caño, junto a
garcetas, garzas reales y flamencos. Sobre las arenas dunares, la
vegetación está compuesta por barrón y retama blanca y en las marismas
existen otras especies adaptadas a la alta salinidad como salados,
sapinas, armajos y hierba salada.
En este enclave del Parque Natural Bahía de Cádiz se puede contemplar el Castillo de Sancti-Petri.
Esta construcción, levantada sobre sucesivos templos fenicios y romanos,
ha sido declarada Bien de Interés Cultural, junto con las ruinas de la
Batería Urrutia.
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