viernes, 2 de enero de 2015

Un pueblo con rey, Patones de Arriba

Seguimos nuestra ruta por la comarca de la Sierra Norte de Madrid y llegamos a Patones de Arriba. 


Este pueblo, declarado Bien de Interés Cultural, ofrece una de las muestras más representativas de arquitectura negra de la Comunidad (arquitectura rural que emplea como elemento constructivo principal la pizarra, roca muy abundante en la zona).
Patones de Arriba es un lugar pequeño, tranquilo, lleno de historia, de aspecto cuidado y gran belleza, que se mantiene intacto en cada una de sus pintorescas callejuelas enlosadas y en sus construcciones de piedra, pizarra, madera, adobe y teja árabe.
 
 
 Para conocer mejor este singular y entrañable pueblo es aconsejable ir al Ecomuseo de la pizarra al aire libre, que propone dos sencillos itinerarios señalizados con paneles informativos y que comienzan en el Centro de Iniciativas Turísticas, Educativas y de Ocio (Citeco), con sede en la antigua Iglesia de San José, originaria del siglo XVII.
Una de las rutas es la de las Edades de la Arquitectura, que muestra los orígenes y la evolución de la sociedad local a través de su arquitectura tradicional. La otra es la de la Arquitectura de los Alimentos, que recorre bodegas, hornos, eras, cochiqueras, tinados y otros lugares donde, antiguamente, se elaboraban los alimentos. 
 
 
 Las leyendas hablan de una monarquía, para algunos de origen visigodo, que habría conseguido sobrevivir a la ocupación musulmana. Las primeras referencias escritas a la institución son de finales del siglo XVII. Al parecer, una docena de familias residentes en esta localidad acataban la autoridad de un anciano al que daban el título de rey, aunque en la práctica era más bien un juez o un alcalde. El cargo era hereditario. Carlos III acabó con esta “dinastía” de Patones cuando se negaron a pagarle impuestos.

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