Entre la
Sierra soriana y la Ribera del Duero, a orillas del río Milanos y a 32 km. de
Soria se encuentra esta villa medieval llamada Calatañazor. Está asentada sobre
un cerro rocoso y su muralla rodea casi toda la población. Sus calles
empedradas de cantos rodados, sus casas antiguas de ladrillos de barro,
entramados de madera, antiguos herrajes y sus típicas chimeneas de forma cónica
nos ofrecen un singular conjunto pintoresco. Su casco urbano medieval es el
mejor conservado de toda la provincia, por lo que fue declarado conjunto
histórico artístico en 1962. Destacan El rollo jurisdiccional, en la Plaza
Mayor (hay unas huellas fósiles de unas hojas de palmera de más de 10 millones
de antigüedad). El castillo y sus murallas del siglo XIV y la capilla románica
de Santa María del Castillo. A la entrada del pueblo la ermita de la Soledad.
A pocos kilómetros del pueblo visitamos la Reserva natural del Sabinar de Calatañazor. Es un bosque de sabinas albares que acoge a algunos de los ejemplares más longevos y elevados de esta especie de la península Ibérica. El bosque ocupa una superficie de 30 hectáreas y en él crecen ejemplares notables de hasta 14 m de altura y 4 m de perímetro, dimensiones que pueden incrementarse con la edad, pues el "Juniperus thurifera" puede alcanzar los 20 m de altura y 8 m de ruedo troncal. Su madera es sumamente dura y resistente, y al quemarse desprende un olor que recuerda al incienso.
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