lunes, 31 de julio de 2006

Cascadas de Agua Azul y Misol-ha

Desde San Cristóbal de las Casas fuimos a las Cascadas de Agua Azul, al norte del estado de Chiapas. Estamos en un Parque Nacional con impresionantes cascadas que se forman al descender el Río Otulúm de manera escalonada, creando estanques naturales. El intenso color azul turquesa de sus aguas se debe al fondo calizo del río y las sales de carbonatos que llevan disueltas, aunque ahora estábamos en época de lluvias y sus aguas parecían mas bien verdes. Hay zonas donde te puedes bañar. 

Agua Azul fue declarada en 1980 Zona de Protección Forestal y Refugio de Fauna Silvestre y más tarde Reserva Especial de la Biosfera, debido a que en su entorno habitan una gran variedad de especies naturales y animales en peligro de extinción. 
Los animales que habitan y conviven con el río y las cascadas son la boa constrictor, bejuquillo, oso hormiguero, mono aullador, mono araña, el ocelote, el jaguar, tapir, la guacamaya roja, el tucán pico de canoa, el ratón tlacuache y numerosas especies de murciélagos. Esta zona cuenta con una vegetación exuberante, en la que abundan los árboles de caoba, cedro y zapote.  
 Almorzamos pescaito allí mismo y seguimos camino, 34 Km., hasta la caída de agua de Misol-ha, catarata de 30 m. de altura, que al caer forma una poza donde se puede nadar.
 
 
 
 
 Un camino por detrás de la cortina de agua te lleva hasta una cueva. Está en medio de la selva tropical chiapaneca, con una rica vegetación donde abundan las caobas, chicozapotes y palos de agua. 
Tras recorrer 220 Km. llegamos a Palenque.

domingo, 30 de julio de 2006

Zinacantán, lugar de murciélagos

Desde San Juan Chamula fuimos a otra población indígena llamada Zinacantán, en los Altos de Chiapas. La mayoría de los habitantes es tzotzil, un grupo étnico de la familia cultural y lingüística maya. 

Visitamos la iglesia de San Lorenzo, en cuyo interior se estaban celebrando muchas bodas y bautizos. A la salida una orquesta les tocaba y ellos se sentaban, en el lateral de la iglesia, con sus invitados en una especie de convite. Todos vestidos con sus trajes tradicionales, que también usan cotidianamente. 
 
 
 
 
 

Después visitamos un taller donde confeccionaban tejidos, un telar, y allí vistieron con trajes de boda a unos turistas. La artesanía chiapaneca, los hermosos chales de tonos lila, verde y azul de las mujeres, pueden verse y comprarse en San Cristóbal de las Casas, a tan sólo 10 Km. En la plaza siempre hay muchachas que llevan a los viajeros a sus casas para mostrarles los telares. 
Telares
Artesanía Chiapaneca

 También nos enseñaron su cocina y como cocinaban. 
Los motivos religiosos están presentes en sus hogares.

La magia de San Juan Chamula

Despertamos en San Cristobal de las Casas. A tan solo 6 Km. de distancia, fuimos a visitar la población indígena de San Juan Chamula.
 
En la iglesia, para cuyo acceso hay que pagar y no te permiten hacer fotografías, se aprecian sus creencias pagano-religiosas: No tiene bancos y por el suelo hay esparcidas hojas de pino y cientos de velas delante de las cuales se arrodillan para celebrar sus ritos: pasan huevos por la cabeza para purificarlos, sacrifican gallinas, se practican curaciones y rezos en su lengua, mientras beben alcohol de las botellitas que llevan. En los laterales y metidos en urnas están los santos, algunos decapitados por sus devotos al no haber cumplido sus peticiones, y otros con un espejo colgando del cuello que les sirve para confesarse a falta de sacerdote. En una esquina decenas de niños vestidos de blanco esperando para ser bautizados. 
       




En la plaza paseamos por su mercado, abarrotado de puestos de comida y productos artesanales (son hábiles artesanos textiles, buenos bordadores, y además confeccionan artículos de palma). Todos van vestidos con trajes tradicionales, correspondiendo al barrio en el que viven. Solo les permiten casarse entre miembros de la misma comunidad, para evitar ser expulsados del pueblo, lo cual les crea problemas de consanguinidad. 
Sus jefes presiden desde un lateral de la plaza
(ellos creen que les roban el alma si los fotografías). 
Entre sus tradiciones destaca la celebración en febrero del Carnaval, donde se visten con máscaras, realizan carreras con estandartes, se bañan desnudos en la poza donde se alzan las tres cruces y caminan descalzos sobre brasas encendidas para purificar su alma. 
Cementerio al aire libre a la entrada del pueblo.