Paseo por el Barrio Gótico de Barcelona, disfrutando del encanto de sus calles y del ambiente navideño.
Nos paramos en la Plaza Real (Plaça Reial en catalán), es una plaza pública neoclasicista, diseñada por Daniel Molina a mediados del siglo XIX, de forma trapezoidal y colindante a La Rambla. Cuenta con la particularidad de que su ritmo clásico se subvierte, cambiando mínimamente los espacios entre las pilastras de sus pasajes, para dar la impresión de que la plaza es cuadrangular. Antonio Gaudí diseñó unas farolas para colocarlas en medio de la plaza. Llegamos hasta el Mercadillo de Santa Lucía, ubicado en la Plaza Nova frente a la catedral. Aquí se pueden encontrar figuras para belenes, adornos navideños, abetos, artesanía y dulces típicos de estas fechas. Seguimos paseando por el barrio gótico y en sus iglesias vemos los pesebres. Es una tradición muy catalana la costumbre de representar el Nacimiento de Jesús con sus figuras esenciales: la Virgen, el niño Jesús, San José, el buey, la mula, los adoradores (pastores y reyes magos), el ángel anunciador... en medio de un paisaje construido con trozos de corcho y musgo. Aparte de las figuras de raíz religiosa existe una figura de inspiración popular muy ligada a la tradición belenística catalana: el "caganer", que se remonta al siglo XVIII. En los pesebres catalanes, esta figura aparece medio escondido en un rincón, haciendo sus necesidades al aire libre y a menudo con una pipa en los labios. Tradicionalmente vestido con camisa blanca, pantalones oscuros y barretina. El caganer es constantemente reinterpretado y modificado por los figurinistas de pesebres. Podemos ver desde políticos a deportistas de moda. Esta metamorfosis se ha convertido hoy en día en una crítica social que es un reflejo de la actualidad política, económica y social del país.
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