sábado, 24 de octubre de 2015

Ruta hasta la Laguna del Moral (La Sauceda)

Nuestra ruta transcurre por el Parque Natural de los Alcornocales. Partimos del núcleo recreativo de La Sauceda (Málaga), el camino penetra en uno de los alcornocales mejor conservados de la península, surcado por bosques de ribera y salpicado de quejigos. 
Al llegar al poblado nos encontramos con un centenar de chavales que estaban de inmersión medieval y disfrazados simulaban su historia.
Tanto el sendero que recorremos como el enclave donde está la laguna son sorprendentes, por los sonidos que emanan del bosque densamente poblado, por su belleza y tranquilidad. 
La Laguna del Moral, con sus aguas oscuras, es estacional y estuvo sombreada por un inmenso ejemplar de esta especie. Nosotros nos la encontramos casi seca, ya que este otoño ha llovido muy poco. Es un recorrido fácil, lineal y de unos 8,4 km. en total.

lunes, 12 de octubre de 2015

Faro, Olhão y Tavira (la ría de Formosa)

Por la mañana fuimos a Faro. esta ciudad tiene un destacado patrimonio monumental: la Iglesia del Carmen con su Capilla de los huesos, la Catedral gótica, el Palacio de Estói y las murallas. Nosotros entramos por el puerto hasta la calle Santo Antonio y paseamos por toda la zona comercial. Después fuimos a la zona antigua y recorrimos todas sus callejuelas.

A unos 10 Km, de Faro está el tranquilo pueblo de Olhão. Caminamos por las calles peatonales del barrio de pescadores hasta la orilla de la ría Formosa. Allí había dos pintorescos mercados municipales de ladrillo rojo (uno dedicado al pescado y otro a carne y verduras. Nosotros compramos queso. y el el muelle desde donde salen los barcos hacia las playas de Armona y Farol.




Desde allí fuimos a Tavira. Llegamos a la Plaza de la República, con el Ayuntamiento y el reformado edificio de los muelles y la lonja de pescado. Cruzamos por el Puente Romano el río Gilao y mientras paseábamos por sus calles aprovechamos para buscar un restaurante para almorzar. En la calle paralela al río almorzamos una cataplana de pescado riquísima.

Después de almorzar nos montamos en un ferry, un viaje de unos 20 minutos, hasta la Ilha de Tavira. Andamos los 400 m. que separan el embarcadero de la playa, a través de bosques de pinos. Encontramos una playa arenosa,  bañada por aguas limpias y tranquilas, que se extiendía unos 12 km a lo largo del parque nacional de Ría Formosa. Al atardecer había muchísimos mosquitos.